
Las estructuras, el contexto y las intenciones comunicativas: el código y el uso en busca de sentido
- Introducción: Las preguntas del alumnado nos obligan a reflexionar
Empiezo esta reflexión compartiendo una situación que se ha repetido a lo largo de mi vida docente: las preguntas del alumnado que me han puesto en un apuro. Suelen ser preguntas frecuentemente relacionadas con la lengua oral, oídas a hablantes nativos, entresacadas de series, de películas y, en la actualidad, de las redes sociales. Cuando una alumna pregunta ¿es esto correcto?, o ¿por qué se dice esto si la regla que yo aprendí no lo incluía?, la docente tiene que echar mano de la teoría que ha estudiado, que ha interiorizado para poder dar respuestas que no recurran al cajón de sastre (a veces convertido en cajón desastre) de la excepción. Unas veces la respuesta deberá rechazar la construcción por incorrecta, otras, en cambio, deberá analizar la gramática para descubrir su sistematicidad, que alcanza a aquellos ámbitos que estamos acostumbrados a considerar uso y por ello, inclasificables. Este tipo de preguntas aparecen en todos los niveles, pero se acrecientan en los niveles avanzados porque es en ellos donde aparecen los matices, donde los contrastes dan muestra de significados diferentes, donde se descubre que los recursos que muestran las intenciones del hablante no se salen del sistema, del código, sino que forman parte de él.
1.1. Dos conceptos clave
Empecemos aclarando dos conceptos que podrían resultar conflictivos: la lengua como sistema y el uso lingüístico. El primero se refiere a una concepción de la misma como un conjunto de unidades que se definen por el valor que tienen con respecto a la totalidad. Estas unidades no están desordenadas, ni se agrupan por puro azar, sino que se relacionan sistemáticamente entre sí, formando un código.
El segundo alude al empleo de la lengua en un contexto determinado. Contrasta con la concepción de la lengua como un sistema. Sin embargo, lo que a menudo consideramos excepcional o propio de la fraseología puede explicarse desde una concepción gramatical que tiene en cuenta, por ejemplo, qué tipo de complementos selecciona un determinado contenido gramatical, qué restricciones impone y qué matices intencionales se derivan de todo ello.
Vamos a analizar una serie de casos que demuestran la necesidad de no separar las estructuras, el contexto y las intenciones comunicativas
- Los demostrativos para enfatizar y mostrar condescendencia¹
Tomemos esta conversación y fijémonos en dos recursos: a) el uso del demostrativo neutro referido a un ser vivo; b) el imperativo del verbo ‘andar’.

No voy a recordar aquí lo que ustedes ya saben sobre cómo se usan los demostrativos neutros. Pero sí quiero llamar su atención sobre esta posibilidad que ofrece el sistema, atendiendo al contexto familiar, a la intención comunicativa y la entonación, y que podemos formular así: en contextos familiares, con intención humorística el neutro ‘esto’ puede referirse a personas o seres animados sin que tenga valor despreciativo. Veamos otro ejemplo en el que hablan dos adultas y en el que la niña, Mencía, está delante:
> Mencía, me ha dicho tu maestra que has sacado muy buenas notas.
< (La abuela) ¿Esto? Esto es más inteligente… Seguro que llega a premio Nobel.
Tras los dos ejemplos, observamos que hay una estructura y un contexto necesarios: debe haber una mención previa y lo mencionado debe estar presente en el contexto, porque es lo que exige el demostrativo ‘este’ y sus variantes. Para responder a la alusión se usa el neutro en una pregunta retórica y a continuación, se explica o se aclara la alusión hecha por el primer interlocutor.
Ya hemos hablado de contrastes. Comparemos ahora la construcción anterior con estas otras:
> Este chico…, no hay quien le haga estudiar.
> Estos gatos…, siempre intentando arañar los sillones.
> Esta Alicia…, es que no escucha a nadie.
De nuevo podemos mencionar la importancia del contexto, la intención comunicativa que, e este caso, es de condescendencia, pero también la estructura: demostrativo + sustantivo común o propio + entonación suspendida.
- El imperativo ‘anda’ en estructuras ponderativo-comparativas
Los imperativos lexicalizados permiten una gran variedad de posibilidades de manifestar las intenciones comunicativas del hablante ². Aquí vamos a centrarnos en ‘anda’ como aparece en el ejemplo del dibujo, completándolo con otros elementos, además del demostrativo.
Volvamos al ejemplo del dibujo:
> ¿Esto? Esto es lo más inteligente del mundo.
< Pues anda que este…
Con la estructura anda que + demostrativo / pronombres / sustantivo común o propio y con la entonación suspendida reaccionamos a lo dicho por nuestro interlocutor en tono ponderativo. Podríamos decir que tiene valor comparativo. El hecho de usar ‘este’ nos indica que lo mencionado tiene que estar presente en el contexto. Veamos otros ejemplos:
> Mis alumnos han presentado unos trabajos fantásticos.
< Pues anda que los míos…; nunca ha habido tantas buenas notas en una misma clase ( à mis alumnos han hecho tan buenos trabajos o más que los tuyos…).
El valor ponderativo no siempre es positivo. Podemos encontrarlo también en tono de crítica.
> Siempre te olvidas las cosas en todas partes.
< Pues anda que tú… Y yo no te lo digo en ese tono (tú te las olvidas igual que yo o más…).
Con esta primera reflexión hemos demostrado que lo relativo al lenguaje oral-coloquial no se sale de lo que el código admite y tiene un comportamiento muy “disciplinado”, pues para conseguir un determinado efecto, debemos reunir una serie de requisitos que la gramática nos impone.
4. Subjuntivos que no esperábamos 3
4.1 El caso de porque
Sabemos que las oraciones causales se construyen con indicativo: He dejado de beber cerveza porque estoy a dieta. También sabemos que el subjuntivo puede aparecer detrás de ‘porque’ si negamos la causa: He dejado de beber cerveza no porque esté a dieta, sino porque me sienta mal.
Pero, ¿cómo podemos explicar este caso?

Si observamos el comportamiento de estas estructuras, nos daremos cuenta de que el subjuntivo aparece en oraciones interrogativas, pero tendremos que acudir a la intención comunicativa del hablante para poder explicar su presencia. Esa intención es la indagación de una causa que al citado hablante le parece extraña o absurda. Aclaremos algo: las dos preguntas podrían hacerse en indicativo, pero, en ese caso, solo estarían aseverando hechos: vengo vestido así/soy el pariente pobre. En cambio, con el subjuntivo se manifiesta, como hemos dicho, extrañeza y hasta rechazo.
4.2 El caso de los verbos de entendimiento y percepción
Pero este recurso de la oración interrogativa que introduce la perspectiva del hablante por medio del subjuntivo, también aparece con los llamados verbos de entendimiento que, en principio, no lo requieren. Observemos estos ejemplos:
> ¿Crees que vaya a llover?
> ¿Has visto que Juan copiara esta vez?
Al igual que en el caso de ‘porque’, el indicativo sería lo esperable para presentar preguntas neutras, en las que el hablante no se implica. Pero si quiere mostrar un juicio previo, una duda sobre lo preguntado, puede servirse del subjuntivo.
5. A modo de conclusión
Hemos visto con los ejemplos presentados que lo que pertenece a la lengua oral, en la que el hablante muestra su perspectiva y el contexto impone sus dictados, no es ajeno al código lingüístico. Le corresponde a la gramática de los niveles C recoger estas cuestiones, explicarlas, contrastarlas y practicarlas, completando así un ciclo pedagógico iniciado en los niveles A, con explicaciones gramaticales que crecen en cada nivel con coherencia y sin contradicciones.
- Unidad 13. En gramática. Nivel C. Editorial AnayaELE.
- Consultar la unidad citada.
- Unidad 20. En gramática. Nivel C. Editorial AnayaELE.
- Unidad 12. En gramática. Nivel C. Editorial AnayaELE.